viernes, 29 de julio de 2011

Anorexia y Bulimia



Desde los años 60, la historia de la moda se empeña en mostrar mujeres casi esqueléticas como símbolos de la belleza. ¡Son las exitosas, las elegidas! Desencadenando así, en las adolescentes, esta peligrosa epidemia de la anorexia y la bulimia, términos ya populares que han señalado un nuevo y escalofriante capítulo de la medicina llamado: “Trastornos alimentarios”. Sí, este problema nos toca muy de cerca a todos, y muy especialmente a nuestros jóvenes y adolescentes.

¿Qué podemos hacer al respecto? 

Muchos adolescentes tomaron al pie de la letra el mensaje publicitario: “Delgadez es sinónimo de éxito social” y queremos denunciar que es un mensaje falso.
Los jóvenes son terreno propicio para este tipo de perversiones que no son otra cosa que una forma de adicción a las dietas y a los atracones de comida descontrolados, dañinos, peligrosos y muchas veces mortales. El hecho de estar transitando la adolescencia, con sus muchos cambios y ajustes, les hace más vulnerables. Algunos de los conflictos que enfrentan en esa etapa son:
A. Romper los esquemas de la niñez.
B. Incorporar a sus vidas el aspecto sexual.
C. Buscar su vocación profesional.
D. Enfrentar diferencias con sus padres y hermanos.
E. Luchar por construir su personalidad.
En los últimos 10 años creció mucho el número de personas que se hacen “adictos” a las dietas y a los atracones, y la edad más frecuente oscila entre los 12 y 18 años, y aún se puede detectar hasta los 25 años.

¿Cómo surge una adicción a las dietas?

Al asociar mentalmente la delgadez con la habilidad para triunfar, para conseguir un puesto especial o conseguir la atención de la persona elegida. Este sútil mensaje contenido en la publicidad de productos dietéticos, comidas light, productos de cosmética, marcas de ropa y los modelos de las vidrieras, imposibles de vestir sin llegar a un peso en que se expone la salud. Todo el que aspira a triunfar debe verse como una de estas “modelos del aviso”. Pero este modelo es inalcanzable, están muy retocadas para ocultar sus imperfecciones, tampoco dicen que una buena impresión gráfica elimina estrías, rollitos y hasta las flaccideces. Aspiran a ser una imagen “espectral” e imposible y se meten así, en un camino sin salida, irreal, que les hace perseguir algo vacío, ilusorio.
Definimos como “anorexia nerviosa” al rechazo sistemático a la comida, que se inicia a través de dietas rigurosas, iniciadas por decisión propia y suministradas sin control médico. Y llamamos “bulimia” al impulso descontrolado a comer, generando un atracón, que se acompaña de una gran carga de culpa y esto lleva a la persona a tener vómitos autoprovocados.
La anorexia y la bulimia, no son trastornos de conducta diferentes, sino dos aspectos de una misma perversión o hábito pecaminoso, motivado por el gran temor de engordar y la obsesión permanente de verse delgada, lo que ellas creen, que es sinónimo de belleza, éxito y felicidad. Esta pérdida de peso llega en muchas ocasiones a causar desnutrición, que en el 10% de los casos, llega a ser mortal. Según las estadísticas, en Argentina hay más de 300.000 mujeres entre 12 y 18 años que padecen síntomas de este problema y si el 10% llega a ser mortal, concluimos que, proximamente, morirán alrededor de 3.000 chicas por este mal.
Es urgente conocer y detectar a quienes están en esta zona de riesgo, para orientarlos y ayudarlos a confesar su real situación y cambiar su actitud, y en especial hablar a sus padres para ayudarlos a reajustar su conducta.

¿Cómo detectar este problema? 

1. Se prohiben ciertos alimentos, comen poco o nada, usan dietas muy severas.
2. Usan rituales para la mesa, contando las calorías que aporta cada bocado.
3. Hablan de su gordura y mantienen su peso muy debajo de lo normal, o sea de lo que corresponde a su altura y a su edad.
4. No aceptan invitaciones a fiestas o reuniones por temor a ser obligados a comer.
5. Se esfuerzan en actividades físicas excesivas, como ejercicios y caminatas.
6. Tapan su cuerpo con ropas oscuras y muy holgadas, se niegan a usar ropa de baño, considerándose siempre gordas.
7. Después de un atracón se auto desprecian y censuran, castigándose por medio de provocarse el vómito.
8. Usan siempre laxantes y diuréticos y abusan de los edulcorantes.
9. Cambian su carácter: se hacen irritables, inseguras, se enojan por nada, están aisladas.
10.Pierden piezas dentales y la menstruación, tienen palidez, son sensibles al frío y padecen de debilidad y mareos.
Las complicaciones que sobrevienen son pérdida de su trabajo, de sus amistades y de su autoestima, pasan por estados de tristeza y miedo y, en muchos casos, hasta intentos de suicidio y en algunos la muerte.

¿Cómo enfrentar la anorexia y la bulimia?

COMO PECADO, pues son personas que no han aceptado el cuerpo que Dios les ha dado y eso es pecado; son personas que creen la mentira de los ambiciosos, que lucran con la salud y la vida de los adolescentes. La autoconmiseración y el querer conseguir la estima y la elección de la pareja por el valor del cuerpo, son pecados y muy graves, que demuestran la falta de conocimiento acerca de cómo piensa el autor de nuestro cuerpo, lo que la Biblia dice acerca del éxito en la vida y cuáles son lo verdaderos valores. La confesión de estos pecados es el comienzo. Luego deben aferrarse por la fe, a la persona de Jesucristo y a su ayuda para controlar el deseo del mal hábito ya instalado en el cuerpo. Se requiere de la lectura y la memorización de las Escrituras y orar a Dios cada día pidiendo que controle nuestra voluntad, abrir el corazón a Dios, dispuestos a obedecer su consejo, cambiando así los valores de su vida. Es necesaria una renovación de la mente, pues dice Prov. 12:20 “Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal, pero alegría en el de los que piensan el bien”. Además no hay que conformarse al sistema de este mundo, sino entender que lo realmente importante es el interior, tener un espíritu afable y apacible que es de gran estima delante de Dios (1 Pe. 3:3-4).
Si quieres seguir el modelo de este mundo sólo conseguirás frustración, pero si quieres seguir el modelo que Dios nos dejó en su Palabra, entonces podrás comprobar la hermosura de la voluntad de Dios para tu vida.
“No os conforméis a este siglo sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” Rom. 12:2.

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