martes, 30 de agosto de 2011

Devocional 17-Para Aprender a vivir.

Para Aprender A Vivir


 En Éxodo 21 al 23.  Dios dio a Israel distintas leyes y ordenanzas…
 ¡Tantas leyes y ordenanzas! ¿Qué tiene que ver todo esto con nosotros?
Aunque te parezca increíble tiene muchísimo que ver contigo y conmigo. Las leyes de Dios no son caprichosas, están dadas con objetivos muy claros.
¿Por qué piensas que Dios dejó leyes tan específicas?
La respuesta es muy simple: Si no hubiera leyes todo sería un gran desorden, cada uno impondría sus propias reglas y reinaría el caos. Pero además, las leyes de Dios tienen otro propósito: ellas nos libran de lo malo (malas decisiones, malas actitudes, malas reacciones, malos consejos, malas relaciones…) y nos revelan algo de la forma de ser de Dios. En otras palabras: Nos enseñan a vivir más y mejor. Por ejemplo:
¿Cómo cuidas las cosas que te prestan? (22:26-27). Dios es misericordioso y justo.
¿Cómo tratas y qué hablas de los que son autoridad sobre ti? (22:28). Dios es autoridad y tiene autoridad.
¿Cómo te comportas sexualmente? (22:16,19). Dios es santo.
¿Cómo tratas a los que son de otros lugares o razas? (22:21, 23:9). Dios no hace acepción de personas. Él nos acepta como somos.
¿Cómo debe ser tu actitud ante la idolatría y el ocultismo? (22:18, 20, 23:13, 24). Dios es único y no está muerto. Sólo Él merece nuestra adoración.
¿Cómo hablas? (21:17, 23:1-3, 7). Dios habla verdad y rechaza toda mentira porque Él es verdadero.
¿Cómo es tu relación con los no creyentes? (23:2, 32-33). Dios no participa ni aprueba la maldad. Él juzga a los malos.
¿Qué actitudes tienes hacia aquellos que no soportas? (23:4-5). Dios es amor y perdonador.
¿Son tus actitudes, palabras o reacciones violentas? (21:12, 14-15, 18-22). Dios es un Dios de paz y de paciencia. El no es violento ni agresivo.
¿Te das cuenta?
Piénsalo.
Aunque tantas leyes parezcan “pesadísimas”, no tienen el propósito de privarte la libertad y enjaularte como a un preso “al que le prohiben todo”; por el contrario tienen el propósito de revelarte cómo es Dios y quién es Él para que, respetando su voluntad; disfrutes de todo con libertad. Una libertad que te haga bien y que le haga bien a los que te rodean. Es cierto que muchas de estas leyes eran exclusivas para los israelitas allí en el desierto, y también es cierto que palabras como “ojo por ojo o diente por diente” ya no van más. Pero también es cierto que Dios no cambia, Él es el mismo. Lo que odiaba y juzgaba ayer también lo odia y juzga hoy. Lo que aceptaba y bendecía ayer también lo acepta y bendice hoy, aunque las reglas cambien. Más importante que conocer las reglas y leyes es CONOCER A DIOS, tener una relación personal con Él, saber quien es. No hacer tu propia voluntad, sino la suya. Vivirás mejor que cualquiera de tus amigos, familiares o desconocidos.
Podrían compartir entre todos la lectura del Proverbios según la fecha en que estén haciendo este devocional no olviden que este  hermoso libro nos ayuda en nuestro comportamiento diario.
                 Hasta el próximo encuentro……
Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo/Levítico”

No hay comentarios:

 
;